Orazioni Oshun – Virgen de la Caridad del Cobre

Invocare Ochun
Ecco una preghiera a lei dedicata:

Hail Ochun!
Alafia Ochun!

Olofi è con Te,
Regina di Bellezza e Amore, che così abbondantemente provvedi alle nostre necessità!
Ochun, la più amata e tenera!
Ochun, la madre più compassionevole!
Ochun, maferefun (grazie!)
per tutte le benedizioni
che fai piovere su di noi!
Yeye Cari
Mama Kena
Miracolosa fontana d’Amore
Ti amo per sempre!!!

Rito per Oshùn
Sarebbe bello poter celebrare il rito nei pressi della riva di un fiume, in un luogo pianeggiate al riparo da sguardi indiscreti. Altrimenti a casa, prevedendo di poter eventualmente recarsi ad un fiume.
Preparare su un tavolo o un piano un altare per Oshun, che comprenda una noce di cocco al suo centro, del miele e dei doni floreali, a seconda della stagione.
Da sole o con delle amiche, preparare anche noi stesse all’evento abbigliandoci con abiti particolarmente seducenti e campanelli ai polsi.
Dopo aver dedicato qualche minuto a connetterci con noi stesse, dare inizio ad uno spazio e un tempo sacri aprendo un cerchio o facendolo con le modalità con cui siamo solite farlo ed invocare Oshun con parole proprie o con la preghiera sopra citata.
Accompagnate da una musica ritmata e gioiosa, fare una danza libera in gruppo se si è in un cerchio, oppure da sole.
Danzare a lungo, ridere, ruotare su sè stesse e sentire la gioia della musica ….
Quindi fermarsi un minuto in silenzio, assaporando l’energia della Dea e interiorizzandola.
Se possibile, a questo punto, recarsi alla riva di un fiume, rompere il cocco contro una pietra, berne il latte lasciandone un poco dentro, aggiungere del miele da spalmare sulle pareti della noce di cocco, e porgere alle acque il cocco, ed eventuali fiori, in dono a Oshùn.
Tornare eventualmente a casa, chiudere lo spazio sacro, ringraziare e benedire.

NOVENA A LA VIRGEN DE LA CARIDAD

Acto de Contrición:
Yo confieso ante Dios todopoderoso y ante vosotros, hermanos, que he pecado mucho de pensamiento, palabra, obra y omisión: por mi culpa, por mi culpa, por mi gran culpa. Por eso ruego a Santa María, siempre Virgen, a los Ángeles, a los Santos y a vosotros, hermanos, que intercedáis por mi ante Dios, nuestro Señor.
Oración para todos los días:
Acordaos, oh piadosísima Virgen María!, que jamás se ha oído decir que ninguno de los que haya acudido a Vos, implorado vuestra asistencia y reclamado vuestro socorro, haya sido abandonado de Vos. Animado con esta confianza, a Vos también acudo, oh Virgen, Madre de la vírgenes, y aunque gimiendo bajo el peso de mis pecados me atrevo a comparecer ante Vuestra Santísima presencia soberana. No desechéis oh purísima Madre de Dios mis humildes súplicas, antes bien, escuchadlas favorablemente. Así sea.
Día Primero (30 de agosto):
¡Dios te salve! ¡Cuánto se alegra mi alma, amantísima Virgen, con los dulces recuerdos que en mí despierta esta salutación! Llénase de júbilo mi corazón al pronunciar el Ave María, para acompañar el gozo que llenó tu espíritu al escucharla de boca del Ángel, congratulándose así de la elección que de ti hizo el Omnipotente para darnos al Señor.
Pídase el favor que se desea conseguir.
Oración Final para recitar todos los días: Oh, Señora mía, Oh Madre mía, yo me entrego del todo a ti; Y en prueba de mi filial afecto, te consagro en este día mis ojos, mis oídos, mi lengua, mi corazón; en una palabra, todo mi ser. Ya que soy tuyo, Oh Madre de piedad, guárdame y defiéndeme como cosa y posesión tuya. Amén.
Día segundo: (31 de agosto)

¡María, nombre santo! Dígnate, amabilísima Madre, sellar con tu nombre el memorial de nuestras súplicas, dándonos el consuelo de que tu Hijo, Jesús, las atienda benignamente para alcanzar pleno convencimiento en la práctica de nuestros deberes religiosos, sólida confirmación en las virtudes cristianas y continuas ansias de nuestra eterna salvación.

Día tercero: (1 de septiembre)

Llena de Gracia, ¡Oh dulce Madre! Dios te salve, María, sagrario riquísimo en que descansó corporalmente la plenitud de la Divinidad: a tus pies nos presentamos hoy para que la gracia de Dios se difunda abundantemente en nuestras pobres almas, las purifique, las engrandezca y cada día aumente más en ellos el verdadero amor a Dios y a nuestros hermanos.

Día cuarto: (2 de septiembre)

El Señor es contigo: ¡Oh Santísima Virgen! Aquel inmenso Señor, que por su esencia está en todas las cosas, está en ti y contigo de un modo muy superior. Madre mía, venga por ti a nosotros. Pero ¿cómo ha de venir a un corazón lleno de tanta suciedad. Aquel Señor que para hacerte habitación suya quiso, con tal prodigio, que no perdieses, siendo madre, tu virginidad? ¡Oh muera en nosotros toda impureza!

Día quinto: (3 de septiembre)

Bendita tú eres entre todas las mujeres. Tú eres, oh Santísima Virgen María, la gloria de Jerusalén, tú eres la alegría de Israel, tú eres el honor de nuestro pueblo. Si por una mujer, Eva, tantas lágrimas se derramó en el mundo, por ti nos llegó la redención. Por esto, tú serás siempre bendita. Alcánzanos una fe viva y operante para considerar e imitar las grandes obras que en ti y por ti obró Dios.

Día sexto: (4 de septiembre)

Bendito es el fruto de tu vientre, Jesús. Deploramos grandemente, purísima Virgen y amantísima Madre, que hayamos cometido tantos pecados, sabiendo que ellos hicieron morir en tu cruz a tu Hijo. Sea el fruto de nuestra oración, que no cesamos de llorarlos hasta poder bendecir eternamente a Jesús, fruto bendito de tu vientre virginal.

Día séptimo: (5 de septiembre)

Santa María, Madre de Dios. Tu mayor título de grandeza, tu mayor dignidad, oh María es haber sido elegida para Madre de Jesucristo, Hijo de Dios. De esta elección divina proceden todas tus gracias y prerrogativas. No olvides nunca que también fuiste designada por tu Divino Hijo, al pie de la cruz, como Madre espiritual nuestra. Que nunca nos falten fuerzas para mostrarnos como dignos hijos tuyos.

Día octavo: (6 de septiembre)

Ruega por nosotros, pecadores. En ti Virgen María, como en alcázar nos refugiamos. Aunque el vértigo de la vida y los enemigos del alma nos hayan despojado o puedan despojarnos de las preciosas vestiduras de la gracia, alejándonos de ti y de tu amado Hijo, nunca nos cierres las puertas de Sagrado Corazón.

Día noveno: (7 de septiembre)

Ahora y en la hora de nuestra muerte . Siempre estamos expuestos a perder la gracia de Dios y condenarnos. Haced, Santísima Virgen María, que por vuestra intercesión nunca perdamos el favor de Dios; que en esta difícil lucha por la vida encontremos en ti la protección maternal que tanto necesitamos y una Abogada en la hora de nuestra muerte.

Oración a la Virgen de la Caridad
Santa María de la Caridad
que viniste como mensajera de paz,
flotando sobre el mar.
Tú eres la Madre de todos los cubanos.
A ti acudimos, Santa Madre de Dios,
para honrarte con nuestro amor de hijos.


En tu corazón de Madre ponemos
nuestras ansias y esperanzas,
nuestros afanes y nuestras súplicas;


Por la Patria desgarrada,
para que entre todos construyamos
la paz y la concordia.


Por las familias,
para que vivan la fidelidad y el amor.
Por los niños, para que crezcan sanos
corporalmente y espiritualmente.


Por los jóvenes para que afirmen su fe y
su responsabilidad en la vida y
en lo que da el sentido a la vida.


Por los enfermos y marginados,
por los que sufren en soledad,
por los que están lejos de la Patria,
y por todos los que sufren en su corazón.


Por la Iglesia Cubana
y su misión evangelizadora,
por los sacerdotes y diáconos,
religiosos y laicos.


Por la victoria de la justicia

y del amor en nuestro pueblo.

¡Madre de la Caridad,
bajo tu amparo nos acogemos!


¡Bendita tú entre todas las mujeres
y bendito Jesús, el fruto de tu vientre!
A Él la gloria y el poder,
por los siglos de los siglos.
AMEN.
(con licencia eclesiástica)
Oraciones finales:
Padre Nuestro, 3 Avemarías y Gloria al Padre

ALTRA ORAZIONE

Oh María, madre mía bien merecido tenéis el título de salud de los enfermos, consoladora de los afligidos y aliviadora de los trabajos todos de este mundo, pués ningún adolorido ha acudido a vos sin recibir inmediatamente alivio o consuelo. Por eso acudo a vos: como Madre no dejaréis de interesaros por la salud de mi alma y mi cuerpo; como Reina Mía, no os sera indeferente el estado de vuestro siervo; como Medianera nuestra, sé que estais pronta a escuchar y recoger nuestros deseos y súplicas para presentarlos a vuestro hijo. Vos sabéis por propia y dolorosa experiencia la amargura de los trabajos, lo terrible que es para una Madre ver padecer a su hijo y no poder socorrerlo. Así os pasó en el Calvario con Jesús. Pero ahora no podéis excusaros de no favorecerme, pués podeis hacerlo con solo hablar a Jesús. Virgen Santísima de la Caridad, salva a tu pueblo de la ignominia. Rezad: Tres Ave María y Salve, en honor de la Excelsa Caridad del Cobre.

ALTRA ORAZIONE/RITUALE

RECOMENDACIÓN: Esta Virgen es la que acude a ayudar a todos aquellos que se recuerden de pedirle a ella en cualquier momento, pero además se dice que es la Virgen más caritativa que existe como su nombre nos lo indica. Pero en cuanto se trata de dinero, cuando hay aprietos monetarios, la más indicada es LA VIRGEN DE LA CARIDAD. Muy buena también para rezarla las mujeres en estado para tener un mejor parto.

GUIA PARA LA ORACION: Rézale durante ocho días y al mismo tiempo cómprese una vela grande de color amarillo y enciéndasela durante esos ocho días, además en una copa póngale un poquito de miel de abeja con un poco de grajea por encima, aparte ponga un vaso de color blanco con agua y ocho monedas (de la más baja denominación) dentro.

ORACION

Esta oración es copia de la que dejó la VIRGEN DE LA CARIDAD DEL COBRE para las mujeres cuando los tres Juanes navegaban por el mar, vino una tormenta de agua y los viró y se estaban ahogando; y como eran devotos de la Virgen de la Caridad y la llevaron en una reliquia en el cuello, cuando se vieron perdidos llamaron por ella y se les apareció en cama y los salvó a los tres, a Juan Odio, a Juan Indio y a Juan Esclavo, luego de haberlo puesto en salvo, les dijo estas palabras:
“Sabed, mis queridos hijos, que soy la Reina Madre de Dios Todopoderoso; y los que crean en mi gran poder y sean devotos mío siempre conservaran mi estampa en una reliquia para que les acompañe y con esta, estarán libres de todas las cosas malas, estarán libres de toda muerte repentina…no podrá morderle ningún perro con rabia, ni ningún animal malo…estarán libres de accidentes y aunque una mujer esté sola no tendrá miedo a nadie, porque nunca verá visiones de ningún muerto ni cosas malas, diciendo esto:
“La Caridad me acompaña y su Amén Jesús”. Y luego a Juan Esclavo: “Juan aquí dejo Hijo…con los Santos Evangelios y la Cruz en que murió, esta oración para cuando una mujer este de parto y se halle afligida por los dolores tan fuertes que siente en su corazón y que un mal parto trae malas resultas, hasta perder la vida, que ponga esta oración en el vientre, haciendo la señal de la Cruz, en memoria de los siete dolores que yo tuve tan fuertes y que desde lo alto del cielo alcanzará la bendición de Dios y una Salve a la Santísima Virgen de la Caridad, parirá su hijo sin peligro”. Amén Jesús.